Por error he borrado todos los documentos de mi disco duro. Me he cargado la carpeta entera de DOCUMENTOS del MacBook con el que trabajo desde hace años. ¿Qué puede haber peor para una persona que escribe todo lo que hace, vive o siente? todo ordenadito en Word y en Pages.
Los que me quieren me dicen que no lo mire como algo malo. Borrón y cuenta nueva. Un empezar de cero, igual así me rehago, reconstituyo, me creo de nuevo y me olvido de todo lo viejo, arcaico y polvoriento que me ata al pasado y no me deja ni crecer, ni avanzar.
Yo hago pucheros porque escribo para volver a sentir y sobre todo, para no olvidar. Y en esa carpeta estaban escritos mis 27 años...y ¿qué pasa si los olvido?
Deseadme suerte. Hoy toca la ¡operación rescate!
Cuando empecé el blog, escribía todo lo que se me pasaba por la cabeza en los largos recorridos que hacía en el metro de Madrid. Ahora ya no hay metro, así que madrugo un poco más para poder sacar de mí todo eso que se acumula entre mis muñecas y las yemas de mis dedos.
martes, 13 de julio de 2010
lunes, 5 de julio de 2010
Infiel
El viento que trae el amor es
el mismo viento que, tarde o temprano,
hará arder el fuego que te quemará
creando llagas en tu piel.
Haciendo que no distingas un zapato de otro.
Un día desayunando en tu casa, made in usa,
abres los ojos y ves que que estás sentado
sobre una silla de ceniza,
comiendo ceniza
de una cuchara que ya no está. Se ha desecho
entre tus dedos, mientras esperabas
y pasaba el mismo viento, entre bocado y bocado.
No, yo prefiero la misma mano cálida,
el mismo beso hoy ya frío,
la tranquilidad de saber que la ansiedad pasó
y la emoción que me altera el inconsciente
al abrir los ojos y sentir tu brazo todavía inerte
rozando mi cuerpo bajo la sábana.
* A veces se me olvida lo mucho que me gusta leer y lo necesario que es para mí escribir.
el mismo viento que, tarde o temprano,
hará arder el fuego que te quemará
creando llagas en tu piel.
Haciendo que no distingas un zapato de otro.
Un día desayunando en tu casa, made in usa,
abres los ojos y ves que que estás sentado
sobre una silla de ceniza,
comiendo ceniza
de una cuchara que ya no está. Se ha desecho
entre tus dedos, mientras esperabas
y pasaba el mismo viento, entre bocado y bocado.
No, yo prefiero la misma mano cálida,
el mismo beso hoy ya frío,
la tranquilidad de saber que la ansiedad pasó
y la emoción que me altera el inconsciente
al abrir los ojos y sentir tu brazo todavía inerte
rozando mi cuerpo bajo la sábana.
* A veces se me olvida lo mucho que me gusta leer y lo necesario que es para mí escribir.
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