"Eres peligrosa, y en ese mismo instante pense que sí, que
tenía razón. Era peligrosa, no sabia lo que quería pero tenía sentimientos para
todos. El orgullo alto y la necesidad de conseguir lo imposible. Toda la fuerza
que ella no sabia que tenia la gastaba en ese magnetismo que hipnotizaba a
quien se le acercaba demasiado. Su risa, su forma de codearse con los hombres
como si ella fuera uno más, pero de puntillas sobre 10cm y llevando un bolso
enorme, del cual podía sacar desde una tirita hasta una bolsa de palomitas de
microondas. Su dulce mirada y su pared, esa que te alejaba de su corazon, la
que solo una persona supo tirar y que, después de haberla herido, ella había reconstruido tres veces más alta, tres
veces más poderosa. Y allí en ese fuerte blindado podías encontrártela siempre,
temerosa de quedarse sola y con la firme idea de que todo lo que se da te será
devuelto de una forma u otra. Teorías budistas y de flujos de energía que
contrastaban un poco con la idea de una chica católica como ella
se describía.
Quizá si esa noche me hubiera hecho el duro, si hubiera
usado esa pose que tan poco le gustaba a ella pero que la mantenía unida a mi
estela, quizá siguiese soñando conmigo, pero baje la guardia, me quité la
máscara y al confesarle todos mis sentimientos, toda las veces que pense en
ella solo en mi cama, ella se asustó y salió corriendo. Quizá tarde demasiado
en decidir dejar la vida de crápula y dedicarme solo a sus ojos, dos años
jugando al ratón y al gato agotan a cualquiera. Quizá decidí el momento
incorrecto, la noche errónea o el lugar inadecuado.
Llevaba al descansillo de mi portal a todas mis musas, a todas aquellas mujeres que había rechazado a la tercera cita. A ella también la lleve allí, ella lo sabía, sabía mi vida, mi historia, al segundo día de quedar ya había logrado mirar por debajo de ese disfraz que me costo tanto coser y supongo que se indigno al ver que la llevaba al mismo sitio que a todas y supuso que le pediría lo mismo que a todas, pero ella, no era igual que todas yo lo sabía y ella también."
Llevaba al descansillo de mi portal a todas mis musas, a todas aquellas mujeres que había rechazado a la tercera cita. A ella también la lleve allí, ella lo sabía, sabía mi vida, mi historia, al segundo día de quedar ya había logrado mirar por debajo de ese disfraz que me costo tanto coser y supongo que se indigno al ver que la llevaba al mismo sitio que a todas y supuso que le pediría lo mismo que a todas, pero ella, no era igual que todas yo lo sabía y ella también."
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