Un blog es algo que va cambiando, evoluciona, involuciona, madura o inmadura al tiempo que lo hago yo. Y del mismo modo que yo lo hago, crece, siempre crece. Nunca es más pequeño, siempre es más grande. Por mucho que desordene sus secciones, cambie sus colores o retitule sus entradas.
Y cuando ya parece que olvidé porque escribía, cuando empieza a perder el sentido el hecho de haberlo creado, recuerdo que esto es lo que me indica que un día quise escribir, mucho antes de que la vida me arrastrase y las obligaciones me cubriesen de kilos y kilos de ese cemento gris que me ha vuelto, plana, transitable y socialmente una carretera más.
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