Es curioso, muchas de nuestras acciones diarias no responden a ninguna función, son simplemente conductas adquiridas casi sin pensar y que, por costumbre, seguimos repitiendo en el tiempo.
Sucedió mientras preparábamos la cena, una amiga se quedaba a cenar y decidímos freir unas pechugas de pollo (bueno, dietético y barato), yo tengo por costumbre lavarla antes de freirla y mi amiga se llevó las manos a la cabeza: discusión comenzada. Mis dos compañeros de piso llegan corriendo a la cocina, uno de ellos la lava, el otro no.
A mi mi madre me dijo que sí. Científicamente no tiene sentido. Mi abuela me contó una vez que había que lavarlas.Pues en mi casa nunca se hizo y mira que sana estoy yo.
Para cenar: ensalada y pollo medio lavado.
Al día siguiente la discusión continuó en el trabajo. La mitad de mi departamento la lava. La otra no.
Dos días de entretenidas charlas, investigaciones (cada uno pregunta por su lado, yo busqué en el google, la wikipedia, interrogué a mis amigos, parientes, conocidos..). Estas discusiones están muy bien cuando no te llega el sueldo para pagarte un juego de mesa. Prueba a sacarlas accidentalmente durante una sobremesa, y si presionas un poco al personal, ¡tendreis entretenimiento durante horas!
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